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Temas de interes para las familias Hispanas

El Control de Porciones es Importante

Traci Armstrong Florián, Extensión de la Universidad de Arizona

Cuando se planea bajar de peso, pensamos que debemos dejar de comer nuestras comidas favoritas altas en grasa y azúcar. Parar de comer estas comidas de repente puede ser la razón por la que abandonamos nuestra meta hacia un camino saludable y que regresemos a nuestras comidas favoritas.  En general, para bajar de peso, no se trata del tipo de comida que consumimos sino de la cantidad que consumimos lo que hace más lenta la pérdida de peso.

Sí, es posible hacer un poco de espacio para las comidas con grasa y con azúcar que nos gusta para que no nos hagan tanta falta. A continuación, le decimos como:

1. Comience con un plato más pequeño. En lugar de usar un plato de cena, use un plato de ensalada, uno más pequeño. Si usualmente comemos todo lo que nos servimos, usar un plato más pequeño nos ayudará a controlar las porciones.  

2. Sírvase porciones más pequeñas. Es posible satisfacer el cuerpo con unos cuantos bocados de comida y si necesita más, puede servirse una segunda vez.  

3. Coma despacio, disfrute y platique con familiares y amigos. Comer despacio le da tiempo a nuestro cerebro para registrar que nuestros estómagos están llenos.

4. En los restaurantes, aparte la mitad de su comida inmediatamente y pida una caja “para llevar” en cuanto llegue su orden de comida.  Ojos que no ven, corazón que no siente, y sai puede disfrutar la comida en su plato y ya tiene lista una comida para el siguiente día.

5. Planee sus comidas y botanas todos los días. De esta manera, no tiene que adivinar y mantiene su hambre dentro de límites razonables, y no tendrá la tentación de comer y disfrutar en exceso.

Fuente de la foto: Pixabay.com by galyafanaseva

Es la hora de preparar salsa

Carla Farrand, Extensión de la Universidad Estatal de Colorado

El verano es un buen momento para preservar los tomates y transformarlos en una salsa deliciosa para disfrutarla con otras comidas durante todo el año. Durante los meses del verano, encontramos tomates y pimientos frescos en el mercado o en el jardín. Hay algunos conceptos básicos que debemos recordar cuando queremos preservar los tomates en forma de salsa:

•           Seguir una receta probada para enlatar salsa.

•           Elegir ingredientes maduros

•           Usar la acidez adecuada para la receta: 5% Vinagre y/o jugo de limón embotellado de manera comercial

Uso de una receta probada: Probablemente usted tiene una receta de salsa fresca que disfruta, pero le recomendamos que siga recetas de fuentes aprobadas como el Centro Nacional para la Conservación de Alimentos en el Hogar, Preserve Smart y la hoja informativa de CSU Canning Tomatoes and Tomato Products.  

Ingredientes

Tomates: elija tomates maduros y sin daños y evite los tomates demasiado maduros.

Tomatillos: estas pequeñas frutas tienen un pH relativamente bajo (~ 3.8) y un sabor distintintivo, se usan mucho para preparar salsas verdes.

Pimientos: Los pimientos vienen en una amplia variedad de colores, todas las variedades cambian de verde a amarillo, naranja, rojo o púrpura cuando están completamente maduros.

Los pimientos varían en sabor. Los pimientos rojos maduros son casi dulces, y hay variedades picantes como las tailandesas o habaneras. El picante de los pimientos no está ligado a la acidez.

Otros ingredientes populares en las salsas tradicionales son las cebollas, el ajo, el ácido y las especias. Nunca agregue más o menos de estos ingredientes, siga al pie de la letra las especificaciones de la receta. La adición de ácido es necesaria para preservar la salsa de manera segura ya que puede que la acidez natural de los ingredientes no sea lo suficiente alta como para prevenir el crecimiento de Clostridium botulinum. El jugo de limón embotellado comercialmente es más ácido que el vinagre, por lo que el jugo de limón PUEDE ser sustituido por vinagre en las recetas.

Las especias y las hierbas agregan un sabor característico a las salsas. Puede usar especias en polvo, pero estas pueden cambiar el color del líquido. Para obtener el mejor sabor, considere omitir hierbas como el cilantro y el perejil en la salsa que va a procesar y más bien agréguelas  frescas a la salsa antes de servirla.  

Aquí les comparto una receta de salsa en español de una excelente fuente: La Universidad de Georgia y el libro So Easy to Preserve https://nchfp.uga.edu/how/can_salsa/chile_salsa_sp.html

¿Confundido acerca del aceite de coco?

Ines Beltran, Extensión de la Universidad de Georgia

El aceite de coco es un aceite que se extrae de los cocos y tiene aproximadamente un 90 % de grasa saturada. La grasa saturada es sólida a temperatura ambiente y es lo que hace que la mantequilla sea sólida, también se puede ver en el marmoleado de la carne o del pollo cocinado al enfriarse.

Al igual que el aceite de oliva y de canola, la mantequilla y la manteca de cerdo, el aceite de coco es un tipo de grasa. Las grasas líquidas se denominan aceites, como el aceite de oliva y de canola, pero el aceite de coco es diferente de otros aceites en que es sólido a temperatura ambiente y líquido cuando se calienta.

¿Por qué esto importa? Comer demasiadas grasas saturadas puede aumentar el colesterol LDL (“malo”) y reducir el colesterol HDL (“Saludable”), lo que incrementa las posibilidades de contraer una enfermedad cardíaca. Cerca del 58 % de las grasas saturadas del aceite de coco son triglicéridos de cadena media (MCT). Estudios han demostrado que las personas bajan de peso con aceite 100% MCT, junto con dieta, pero el aceite de coco solo tiene 15 % de los MCT. Por lo tanto, no se ha demostrado que el aceite de coco ayude a bajar de peso.

¿Cuánta más grasa saturada hay en el aceite de coco en comparación con otras grasas sólidas? El aceite de coco es como las grasas que provienen de productos animales:

El aceite de coco contiene alrededor de 90% de grasa saturada

Mantequilla – más del 50% de grasa saturada

Grasa de cerdo – alrededor del 50% de grasa saturada

Grasa de res – alrededor del 40% de grasa saturada

Se recomienda que menos del 10 % de las calorías provengan de grasas saturadas. Según una dieta de 2000 calorías, esto equivale a 200 calorías o 22 g de grasas saturadas al día. Al comer solo 2 cucharadas de aceite de coco, ya alcanzaría la cantidad máxima de ingesta de grasas saturadas para un día.

Tipos de aceite de coco: hay muchas descripciones diferentes de aceite de coco, que incluyen orgánico, prensado por expulsor, refinado, virgen y otros términos. Estos términos se refieren a cómo se trató o procesó el aceite de coco. No importa qué nombre o descripción se le dé al aceite de coco, nutricionalmente todos son iguales.

Conclusión: El aceite de coco no tiene efectos beneficiosos sobre el peso corporal o el colesterol. De hecho, la American Heart Association dice que, en siete ensayos de investigación, el aceite de coco elevó el colesterol LDL (malo), y no tuvo efectos favorables.

Pruebe el aceite de coco para otros usos: está bien probar un poco de aceite de coco, pero no se exceda. Si agrega aceite de coco a su dieta, asegúrese de eliminar otras grasas. Si elige no comerlo, el aceite de coco se puede usar como acondicionador para el cabello y loción para la piel.

Espero que esta información ayude a aclarar mucha de la información errónea que existe sobre los beneficios y ventajas de consumir el aceite de coco. Recuerde que la ciencia no respalda estas afirmaciones. Tal vez pueda tomar esta información y compartirla con alguien más que esté confundido acerca del aceite de coco.

Receta: puré de papa preparado con aceite de oliva

Esta es una excelente manera de preparar un rico y más saludable puré de papas con aceite de oliva en lugar de mantequilla (grasa saturada).  

Ingredientes:

1 1/2 libras de papas Yukon Gold (papa amarilla) cortadas por la mitad o cortadas en trozos de 2 pulgadas

6 dientes de ajo medianos

1/4 taza de aceite de oliva (de preferencia virgen extra)

1/2 cucharadita de pimienta negra (recién molida)

1/4 cucharadita de sal

1 taza de cebollas verdes picadas

Instrucciones:

Ponga las papas, el ajo y la sal en una cacerola grande. Vierta suficiente agua para cubrir las papas. Lleve a ebullición a fuego alto hasta que las papas estén blandas. Transfiera las papas y el ajo a un colador. Escurra bien y regréselos a la cacerola.

Usando los dientes de un tenedor, machaque las papas y el ajo, asegurándose de triturar cada trozo de papa y cada diente de ajo.

Agregue las cebollas verdes, el aceite y la pimienta, revolviendo hasta que estén bien combinados.

Receta tomada del web sitio de American Heart Association

https://recipes.heart.org/en/recipes/olive-oil-mashed-potatoes